Después del verano caluroso y de las vacaciones, nuestro cuerpo necesita readaptarse a la rutina diaria de trabajo o de estudio y también al cambio de estación.
Todos los cambios de temperatura, humedad y presión atmosférica están a cargo del Sistema Nervioso Central, abrigado por el cráneo y la columna. Una ‘puesta a punto’ de la columna optimiza la comunicación entre el cerebro y todos los órganos del cuerpo.
Esto facilita la adaptación a los cambios climáticos, aumentan nuestro rendimiento, energía vital y defensas. También mejora el riego cerebral, la memoria y la concentración. Nos prepara para afrontar el estrés cotidiano ‘con las pilas cargadas’.
¡Empecemos también una dieta depurativa!
Durante las vacaciones de verano solemos comer fuera, tomamos alguna copa o demasiados refrescos. Es una buena idea hacer unos días de dieta para limpiar el hígado y para dar un descanso a todos los órganos digestivos. Hay que eliminar toxinas y almacenar nutrientes.
El otoño es la estación ideal para hacer una limpieza hepática. Podemos aprovechar la gran variedad de hortalizas y deliciosas fruta como las manzanas, peras, uvas y moras. Todas tienen un gran valor antioxidante
Recomendamos nuestra dieta para el hígado, idealmente durante 7-8 días. (Lógicamente 2 o 3 días es mejor que ninguno): Ver dieta desintoxicante hígado
A continuación, durante otros 12 días, es recomendable hacer una dieta alcalinizante, a base de poca proteína animal, preferiblemente sólo pescado salvaje, legumbres, arroz integral, muchas verduras y fruta de estación: Ver dieta alcalinizante
¡No olvidemos la correcta hidratación!
Os recuerdo que un adulto normal, con un peso medio de 50-60kg, necesita tomar aproximadamente 2 litros de agua al día, entre comidas, durante todo el año, no solo en verano. Recomiendo consumir agua mineral embotellada o filtrada por osmosis con un residuo seco de menos de 250mg/l y ligeramente acidificada con un poco de vinagre de manzana o zumo de limón.
¡Tomar agua ‘alcalina’ es un error!
Las sales minerales contenidas en las aguas alcalinas, naturales o tratadas, son sales inorgánicas, en forma de carbonatos, óxidos y sulfatos.
En medio alcalino los carbonatos y los óxidos de calcio se precipitan y se incrustan. Se forma la ‘cal mala’ que estropea los electrodomésticos. Por esto se usan descalificadores y productos como ‘Viakal’, cuyos ingredientes activos son los ácidos cítrico y fórmico.
En el cuerpo humano los carbonatos y los óxidos de calcio y magnesio pueden producir litiasis (arenilla o piedras) en los riñones o en la vesícula biliar y calcificaciones del cartílago intercostal. Junto al colesterol, también favorece la formación de placas arterioscleróticas (también llamadas ateromas).
Por lo tanto, al contrario de lo que afirman ciertas fuentes (libros, webs), tratar el agua con bicarbonato sódico o potásico para alcalinizarla es un error.
El agua ideal para la fisiología humana debería ser muy poco mineralizada y ligeramente acida, con pH de 6,8 – 6,9.
¡Ojo, a los suplementos minerales!
Algunos suplementos de calcio, de magnesio o de zinc contienen minerales inorgánicos en forma de carbonatos, óxidos y/o sulfatos. Al igual que las aguas alcalinas, ricas en estos minerales, dichos suplementos pueden favorecer la formación arenilla, piedras o ateromas.
Por esto, antes de comprar y tomar suplementos minerales recomendamos ¡Leer las etiquetas o consultarnos!
Otoño, tiempo de niños en Biovertix
Para facilitar la asistencia quiropráctica a vuestros hijos, durante este otoño, hemos preparado un plan familiar especial: dos tratamientos de niño al precio de uno.
Para más detalles contactar con la recepción y pedid hora con antelación.
¿Por qué los niños necesitan revisión y ajustes vertebrales periódicos?
La mayoría de los niños, que vienen regularmente a la consulta, han nacido y crecido bajo cuidado quiropráctico. Está integrado en su pautas de cuidado de la salud y les resulta placentero. Siempre saben cuando necesitan un buen ajuste vertebral. Los padres ya no se sorprenden cuando sus niños piden que les lleven a la consulta aunque no tengan dolor y estén aparentemente muy bien.
Es cierto que “los niños son de goma” ya que raramente se rompen algún hueso. No obstante, las típicas caídas, suelen producir subluxaciones (desalineación) de las vertebras y de la pelvis. El dolor pasa pero la columna queda torcida. Las primeras cervicales se giran y la cabeza se inclina. A menudo, se halla un hombro o una cadera más altos. Se llama ‘escoliosis’ funcional. Si no les miramos detrás de un hilo a plomo o un posturómetro es muy dificil de detectar.
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